La primera prioridad en un entorno árido es trabajar con mulching y compost para inocular el suelo y prevenir la evaporación del agua. Esta sencilla medida mejora la capacidad de retención hídrica del suelo, lo que permite reducir considerablemente las necesidades de agua del cultivo sin comprometer la producción. En un entorno donde la disponibilidad de agua escasea, este tipo de medida resulta esencial.